En este camino que empezamos a construir hace algún tiempo nos hemos dado cuenta que las personas tendemos a pensar en el dinero de manera negativa y relacionamos nuestro dinero con el valor de las cosas.
Valoramos todo a través de métodos que están en nuestro inconsciente y por lo general no damos con los valores reales sino más bien con los que percibimos psicológicamente. Es la forma como trabaja la parte financiera de nuestro cerebro.
Es así como nuestro inconsciente tiene un peso preponderante en nuestras decisiones financieras, a través de diferentes efectos que explican la manera cómo nos asociamos psicológicamente al dinero.
Te traemos en este artículo una descripción de algunos de estos efectos psicológicos que condicionan nuestros resultados financieros. Parte de estos efectos están muy bien tratados en el libro Las trampas del dinero escrito por Dan Ariely y Jeff Kreisler y te los resumimos a continuación.
El efecto anclaje
Este efecto, nos demuestra la importancia que tienen las primeras decisiones sobre precios, ya que fijan un valor en nuestra mente y condiciona nuestra capacidad de calcular el valor real de las cosas afectando entonces nuestras decisiones futuras.
Cuando pensamos en una lata de bebida gaseosa estamos siempre dispuestos a pagar 1 o 2 dólares por ella porque estamos anclados a ese precio desde un punto de vista psicológico.
Cuando vamos a un concesionario de autos ¿Qué es lo primero que vemos pegado a los autos? Sí, el precio de venta al público. Si bien muchas veces terminamos pagando menos que eso, creemos que nos están haciendo ofertas. En realidad, el concesionario nos ancló un precio a la mente y creemos entonces que nos están haciendo un descuento porque somos muy buenos clientes. ¡Mentira!
Racionalmente, el valor real de un producto debe basarse en lo que estemos dispuestos a pagar, y entender por otra parte que estaríamos sacrificando al momento de tomar la decisión de compra tal y como explicamos en nuestro artículo “4 preguntas claves para mejorar nuestras finanzas”. Es decir, debemos pensar que el valor real equivale a lo que sacrificamos a cambio de lo que obtenemos. Por ejemplo, podemos traducir el dinero a tiempo ¿Cuántas horas tenemos que trabajar para pagar algo?
El gregarismo
Somos seres racionales dominados por las emociones y como seres humanos tendemos a tener el mismo comportamiento que un cierto grupo de personas con quienes nos sentimos identificados. Es el famoso comportamiento de manada, en el que asumimos que algo es bueno o malo dependiendo de lo que hacen los demás.
Un ejemplo claro es el comportamiento que últimamente se ve en las redes sociales sobre las criptomonedas. Más aún sobre criptomonedas que no tienen ningún valor o proyecto, pero miles de personas deciden poner su dinero en juego con ellas. Es el caso de las famosas monedas de perros, en las que miles arriesgaron su dinero asumiendo que se harían millonarios de la noche a la mañana, porque muchos otros lo hacían.
Sesgo de confirmación
Otro de los efectos que nos da un indicio de valor tiene que ver cuando tomamos decisiones que buscan confirmar nuestras decisiones pasadas. Es decir, estamos confirmando que una decisión anterior fue la correcta y por eso la volvemos a tomar una y otra vez sin analizar si hay una mejor forma de llegar a ese resultado o por qué no, si podemos obtener resultados mucho mejores con una estrategia distinta.
En definitiva, este sesgo busca favorecer y reforzar mecanismos que confirmen nuestras propias creencias, comportamientos y prejuicios. Somos por lo general inconscientes de esto y sin duda tiene un gran efecto sobre nuestros resultados financieros.
Hoy en día, estos sesgos los puedes ver claramente en las redes sociales. ¿Te ha pasado que solo ves lo que te gusta ver? Es así como están diseñados los algoritmos para mostrarte una y otra vez lo que ya detectaron que te gusta, dejando por fuera todo un mundo de contenido y opciones que tal vez también pudiesen interesarte.
Para cerrar esta primera parte
Podemos permitir que los vendedores y comercios establezcan los precios y también que los intereses comerciales se aprovechen de nuestro dinero y nuestra psicología. Sin embargo, también tenemos la libertad de discernir y ser conscientes de nuestras propias determinaciones y limitaciones, de tal forma que podamos asumir el control de nuestras decisiones financieras.
En la segunda parte del artículo estaremos hablando de otros efectos psicológicos que afectan nuestra percepción del valor de las cosas.
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